La belleza impresionante de este documental tejido con
fotografías,deslumbrante y acongojante a la par, no dejará indiferente
a nadie.
Desde las primeras imágenes, en
las que parecen describirse sonidos y agrupaciones humanas que asemejan a lo
que pudo ser la construcción de las
Pirámides o la Torre de Babel, hasta el capítulo final (
Génesis ), que da cierto aliento de esperanza al desastroso planeta en el
que vivimos,la mirada de Joao Salgado nos conduce por todos los horrores,
barbaridades e injusticias cometidas por el ser humano en los últimos
decenios y en muchos lugares del planeta; pero particularmente en África,
desdichado y sufriente continente por encima de todos los demás ( que
también tienen lo suyo ). La guerra, la destrucción y la
barbarie siguen siendo, por desgracia, la clave de nuestra historia reciente.
Lo que presenciamos en muchos momentos del film es tan
aterrador, inhumano y desesperanzador, que convierte a La sal de la tierra en uno de
los testimonios más fuertes y duros de asimilar de cuantos recuerde. Por
desgracia, la realidad no es otra.
La fuerza de las instantáneas de
Salgado, en implacable sucesión de
elocuencia y captación del mal que nos rodea, están expresadas
con gran belleza trágica, comprensión por la
desgracia de los más desfavorecidos y compasión por el
sufrimiento colectivo.
Este gran relato en formato documental y comentado por
el propio Salgado, apela certeramente sobre nuestra conciencia: nuestra “mala
conciencia”, pues a juzgar por lo visto, no puede ser otra.
A todos los grandes artistas y creadores, tendemos a
otorgarles una grandeza humana y una formación ética de la
que no siempre son poseedores. Con Sebastiao Salgado sucede todo lo contrario:
conociendo su personalidad,humanidad y empatía con los más
desfavorecidos, comprendes mejor y valoras más su trabajo
artístico, materializado a través de su cámara, de
poderoso creador de imágenes testimoniales de una belleza trágica que nos
desborda.
Win Wenders y Juliano Salgado ( hijo del protagonista
) han hecho una magnífica, sobria y eficaz labor de realización en este
film documental. Han sacado un gran partido al empleo de las fotos fijas (la
obra de Salgado) que son el hilo conductor y la vertebración de todos
los relatos. Fotos en blanco y negro, trágicas,
descriptivas o de imponente belleza : soberbias todas. Exprimen ante nosotros
cada instantánea empapándonos de emoción y documentándonos
siempre.
La combinación de las secuencias
animadas convencionales, algunas en color, con las fotos fijas en blanco y
negro obra de Sebastiao,están perfectamente dosificadas y crean animación e interés sostenido
sobre el relato.El director alemán creo que ha realizado
una tarea encomiable.
Este film no pasará inadvertido
para quien se atreva a sumergirse en él, y dejarse embargar
por sus poderosas y elocuentes imágenes.