La actual temporada nos ha ofrecido dos películas en esta dualidad cromática que se empezó a dar por terminada con el advenimiento del color, que ya quedó entronizado con el impacto que supuso “ Lo que el viento se llevó” ( Víctor Fleming,1939).
Las películas en BN se concentraron principalmente en el género “ Negro”, que tan importantes obras ha dado a la historia de cine en los años 40 y 50, y a partir de los 60 quedaban solo rarezas como “ Psicosis” (Hitchcock,1961) y cine progre de vocación innovadora.
En las décadas siguientes las películas en BN se redujeron a mínimos que parecían presagiar su desaparición.
Solo alguna rareza como Manhattan de Woody Allen consiguieron un éxito relevante en aquellas décadas de final del milenio.
Más recientemente el BN ha ido regresando sigilosamente en producciones de evidente vocación artística, y en algunos casos ofreciendo una doble versión ( color o blanco y negro) a elegir, caso de “ Buscando un beso a medianoche”( Alex Holdridge. 2009).
The Artist,de Michel Hazanavicius ( 2011) y Blancanieves de Pablo Berger( 2012) son también muestras de ese silencioso regreso.
Lo que me ha llamado la atención de la temporada que nos ocupa, es que sean en un espléndido blanco y negro las dos producciones más destacadas, y creo que - sin lugar a dudas-las dos mejores películas : Cold War, del polaco Pawel Pawlikowski, y Roma del mejicano Alfonso Cuarón.
Las dos tienen en común una potente y cuidadísima fotografía en BN, con la que ambos directores expresan la más variada gama de matices que , siendo visuales y de carácter cromático, acaban exponiendo del modo más profundo y eficaz una variada gama de sentimientos e ideas ;que es lo máximo que se puede pedir a una manifestación artística de gran altura, como son estas dos memorables obras cinematográficas.
Cold War es una magnífica crónica de la posguerra europea y sus nefastas consecuencias en los países del “ telón de acero”.Produce una hipnosis visual y emocional que te atrapa irremediablemente y te conduce a una inmersión en las más altas cotas de expresión a través del medio cinematográfico.Su excelente fotografía no es ajena a este logro.
Roma es una entrañable, a la par que muy soberbia película, que indaga en la vida familiar y social durante la infancia del propio director (primeros años 70) en la casa familiar del Barrio “ Roma” de Ciudad de Méjico.
Pocas veces el cine nos ha ofrecido un homenaje tan sincero y emocionante hacia una persona humilde y escasamente considerada (la que fue empleada del hogar y cuidadora en la infancia del director) como hace Cuarón con un cariño y un reconocimiento realmente encomiables.
Cold War ha dado ya todo su juego permaneciendo en cartelera desde primeros de octubre pasado.
Roma se ha estrenado directamente en Netflix, con la pena ( en mi opinión) de haber limitado la posibilidad de disfrutarla en pantalla grande.
No obstante, si hubiese alguien rezagado ¡No os las perdáis!
Son dos obras inmensas, y ójala supongan el regreso del blanco y negro para quedarse.
Manuel Fonseca.