En todos las manifestaciones artísticas hay una diferencia muy genérica que consiste en abordar la imagen, historia u objeto artístico de que se trate de manera “descriptiva”,dotada de más o menos objetividad, pero sin complicaciones expresivas ni posibilidad de lecturas divergentes.Y otra caracterizada básicamente por su “expresividad”, conseguida a base de eludir tratamientos tópicos y meterse en planteamientos complejos con la incertidumbre de a dónde nos llevarán.
No se si en términos cinematográficos podría clasificarse esta película como “cine expresionista”. Pero ciertamente es una película de gran expresividad,conseguida a base de un abordaje de la historia de manera cruda y nada colorista,de ambiente y coloración oscura, apoyada en una meritoria fotografía y un trabajo de cámara que persigue los personajes muy de cerca, desde ángulos inusuales que nos ofrecen perspectivas y significados inéditos.
El tratamiento audaz y nada tópico de las vidas de estas mujeres,consigue el efecto de ampliar el foco desde el mero intimísimo a una consideración social elaborada por unas breves pero certeras pinceladas : la casa de Chela, la cárcel, los taxis de Asunción y ese grupo de mujeres que juegan a las cartas, con composiciones como Pituca , digna del mejor Almodóvar.
Es admirable cómo en una historia en la que aparentemente suceden pocas cosas, el tratamiento y la enorme expresividad de la imagen, termine contaminándonos de muchas historias y de realidades sociales magníficamente aludidas.
Las interpretaciones , creo que debutantes cuando no amateurs algunas de ellas, resultan sorprendentes en su naturalidad y en su capacidad para transmitirnos el dramatismo nada impostado de unas vidas, y particularmente la de Chela, que resultan aleccionadoras en su desesperación y poco halagador horizonte vital.
Quizá sea porque en la comprensión y solidaridad con unas precarias vidas ajenas, existe el único modo de intervenir en situaciones de difícil pronóstico: conociéndolo no colaboramos a una solución efectiva de la situación dramática que se nos expone, pero la manera en que nos “cala” la exposición de la historia, nos hace algo más dignos y capaces de conmovernos con vidas tan aparentemente lejanas.
Yo percibo un plus de comprensión con el universo latinoamericano,con su deseo de salir de la precariedad y hablar en un lenguaje plenamente universal. Paradójicamente ese hablar de problemas y realidades que afectan a todos, se reviste con una excelente colección de temas musicales locales que han formado, durante muchos años , el bagaje emocional del mundo hispano.
Película para cinéfilos que creo hay que apoyar sin reservas.
Manuel Fonseca.