sábado, 5 de abril de 2014

IDA



Ida es un modelo de pura expresión cinematográfica, en el que las imágenes destilan una poética tan extraña y magnética a un tiempo, que resulta difícil hablar de lo que está contado tan sutilmente y , sobre todo, con el poder casi exclusivo de la imagen.

El género en el que podía inscribirse este film, resulta igualmente indescifrable. Pues hay en él rasgos muy diferentes e incluso contrapuestos. Si hablásemos de la película como un cuento, podría ser tan social como gótico, a la vez que drama intimo y -sobre todo-reconocimiento de que nuestra vida, su desarrollo y comprensión, pasa siempre por el conocimiento de la misma ,y de todas las vicisitudes que hayan afectado a nuestra trayectoria vital, por muy desconocidas y dolorosas que estas sean. En este sentido ,Ida es un rotundo alegato a favor de la memoria histórica: No hay verdadera vida sin asumir nuestro pasado, incluso conociendo lo que no sospecharíamos ni de la manera mas remota.


Considerando que la película tiene una compleja y muy interesante trama argumental, lo destacado de esta triste y hermosa historia es su lenguaje estrictamente cinematográfico que apura y exprime cada plano, dotándolo de una profundidad y poesía francamente inusitada. De ese apurado hasta el límite de cada plano, y de las consecuencias de tal instrumento narrativo, me llama la atención el completo retrato que nos transmite de la tía ( hermana de la madre ). Es misteriosa la cantidad de información que procesamos sobre ese personaje sin que nunca se hable directamente de tal persona. Una demostración palpable de la gran fuerza y elocuencia de las excelentes imágenes en blanco y negro de Ida.

En medio del acierto general del film, me parece digno de destacar la utilización de la música en varias secuencias de la película, que homenajea a algunas de las grandes figuras del jazz de los años 50 y 60. Es digno de los mayores elogios el ambiente que crea como reducto y válvula de escape de esa ciudad polaca postergada y deprimida en plena posguerra mundial y dominio soviético.

Ningún amante del cine debe dejar de conocer este poético, sobrio y muy hermoso film.






Manuel Fonseca