lunes, 21 de julio de 2014

Omar




Omar es un joven Palestino acostumbrado a saltar a diario  el muro de Cisjordania, puesto que,  al otro lado del muro están sus mejores amigos, Amjad y Tarek,  y su amor secreto, Nadia. El peligro que supone tal hazaña  forma parte del día a día de Omar, quien -junto a sus amigos- se prepara para luchar contra la ocupación, los tres están persuadidos de que su deber es contribuir a la liberación de Palestina.


El contexto en el que se desarrolla el film  no es nada que no sepamos: las fuerzas armadas  de Israel disponen de los medios armamentísticos y servicios de inteligencia más avanzados, mientras que  las brigadas palestinas cuentan con jóvenes que han nacido en una tierra hostil, jóvenes como Omar, acostumbrados a esquivar disparos y amenazas  del ejército israelí,  a vivir situaciones que sólo pueden contribuir a aumentar su odio. Dado este entorno, cualquier espectador puede empatizar con la situación y comprender que no es justo vivir en un territorio ocupado, que no es justo no tener unos derechos civiles mínimos, que el futuro que les espera a los nacidos en ese territorio no es nada prometedor y sobre todo, resulta increíble pensar que hay gente que sólo sueña con conseguir algo que el resto  del mundo ya tiene: una tierra.
Omar es una película sobre amor, amistad y traición, temas que se desarrollan con una estupenda trama llena de intrigas y sorpresas. Lo cierto es que la trama podría funcionar en cualquier otro contexto, puesto que  los conflictos personales son de tipo universal.

El guión es excelente,  las escenas de acción son muy emocionantes, las de amor son tiernas y bellas y las de violencia son terribles e injustas, en fin, no hay nada que el director Hany Abu-Assad no haya sabido transmitir de la forma apropiada. Es seguro que nadie saldrá indiferente de la sala de cine: sobre el drama de Palestina te quedas sin esperanzas; mientras que la historia personal de Omar te deja sin palabras.

Anika