Omar es un joven Palestino acostumbrado a saltar a diario el muro de Cisjordania, puesto que, al otro lado del muro están sus mejores amigos,
Amjad y Tarek, y su amor secreto, Nadia.
El peligro que supone tal hazaña forma
parte del día a día de Omar, quien -junto a sus amigos- se prepara para luchar
contra la ocupación, los tres están persuadidos de que su deber es contribuir a
la liberación de Palestina.
El contexto en el que se desarrolla el film no es nada que no sepamos: las fuerzas armadas
de Israel disponen de los medios
armamentísticos y servicios de inteligencia más avanzados, mientras que las brigadas palestinas cuentan con jóvenes
que han nacido en una tierra hostil, jóvenes como Omar, acostumbrados a
esquivar disparos y amenazas del
ejército israelí, a vivir situaciones que
sólo pueden contribuir a aumentar su odio. Dado este entorno, cualquier
espectador puede empatizar con la situación y comprender que no es justo vivir
en un territorio ocupado, que no es justo no tener unos derechos civiles
mínimos, que el futuro que les espera a los nacidos en ese territorio no es
nada prometedor y sobre todo, resulta increíble pensar que hay gente que sólo
sueña con conseguir algo que el resto del mundo ya tiene: una tierra.
Omar es una película sobre amor, amistad y traición, temas que se
desarrollan con una estupenda trama llena de intrigas y sorpresas. Lo cierto es
que la trama podría funcionar en cualquier otro contexto, puesto que los conflictos personales son de tipo
universal.
El guión es excelente, las
escenas de acción son muy emocionantes, las de amor son tiernas y bellas y las de
violencia son terribles e injustas, en fin, no hay nada que el director Hany
Abu-Assad no haya sabido transmitir de la forma apropiada. Es seguro que nadie
saldrá indiferente de la sala de cine: sobre el drama de Palestina te quedas sin
esperanzas; mientras que la historia personal de Omar te deja sin palabras.
Anika
Anika