La película comienza con cierta promesa de aburrimiento, dada la lentitud
del ritmo narrativo y el esteticismo de las primeras imágenes. Nada de esa primera impresión se
produce, por fortuna.El primer gran efecto de Turner es ir ganando la atención del espectador, llevándolo a una inmersión real , profunda y
original sobre la vida del siglo XIX .
La primera baza del film se anota en ese aspecto. La recreación de la época de Turner trasciende el “ perfectamente ambientada “ que se otorga a este tipo de películas ( más aún si son inglesas , tradicionalmente hábiles en este capítulo ).Turner nos conduce a una vivencia de aquella época no sólo visual (perfectamente lograda, desde luego ) sino integral. El tiempo y su moroso transcurrir, la concreción de los distintos aspectos de la vida, las relaciones humanas; todo está recreado con tal acierto que Turner se convierte en una auténtica experiencia de viajar en el tiempo, y trasladarnos al siglo del Romanticismo con todas sus consecuencias.
La primera baza del film se anota en ese aspecto. La recreación de la época de Turner trasciende el “ perfectamente ambientada “ que se otorga a este tipo de películas ( más aún si son inglesas , tradicionalmente hábiles en este capítulo ).Turner nos conduce a una vivencia de aquella época no sólo visual (perfectamente lograda, desde luego ) sino integral. El tiempo y su moroso transcurrir, la concreción de los distintos aspectos de la vida, las relaciones humanas; todo está recreado con tal acierto que Turner se convierte en una auténtica experiencia de viajar en el tiempo, y trasladarnos al siglo del Romanticismo con todas sus consecuencias.
El aspecto biográfico está reflejado con toda solvencia. La
tragedia del pintor, entre la característica
decididamente fea ( casi grotesca ) de su físico, y su
gran potencial creativo e innovador, que le llevó a crear una
obra revolucionaria en la que los precedentes son prácticamente
inexistentes. El estilo turbio y romántico de su obra, a la que el ojo de sus
contemporáneos estaba escasamente acostumbrado, fue mérito de su genio, tenacidad y fe en su propia obra. Resulta muy
esclarecedora la secuencia en la que el pintor observa varios cuadros de
tendencia “prerrafaelista” (minuciosidad y realismo descriptivo a
tope). Todo lo opuesto a la búsqueda de nuestro genio que obedecía a un principio mucho más radical y
totalitario: “The sun is God “.
El aspecto humano
de Turner, sus matices de fatalismo y desengaño vital, están muy bien apuntados en la película. Todo
conduce a una aceptación de la existencia, imperfecta e
incomprensible casi siempre, y en la que hay que luchar con muchos elementos a
contra corriente.En el caso de Turner, su desgraciado aspecto físico y la incomprensión parcial de su obra, por diferente y
anticipada a los gustos de su época.
Sorprendente, por
afinada y magnética, la realización de Mike Leigh . Más aún conociendo el tipo de cine que le ha caracterizado,muy alejado
del film que nos ocupa.
Alabar la
extraordinaria fotografía de Turner es ensalzar la esencia misma
de esta gran obra cinematográfica; y reconocer el mérito de aproximar la creación fotográfica a la pictórica, con una obra tan singular y
original como la del genio inglés objeto de esta película.
Manuel Fonseca