lunes, 12 de enero de 2015

The Imitation Game


La interesantísima historia del matemático Alain Turing (1912-1954) se convierte en una impecable película que nos narra, con la elegancia característica del buen cine “clásico”, la genialidad de Turing, quien no sólo fue el precursor de los ordenadores, sino que jugó un papel de vital importancia en la victoria de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial. Como dice en el film su compañera y amiga Joan Clarke:  gracias a Turing el mundo se convirtió en un sitio mejor.  Sin embargo, como sucede repetidas veces en la historia, las excepcionales personas que contribuyen enormemente al progreso pueden llegar a ser castigadas, juzgadas y condenadas, en lugar de recompensadas y agradecidas. Desgraciadamente así fue el caso de Touring, quien sólo recibió agradecimiento varias décadas después de morir.
Además del trabajo realizado por Turing y su equipo durante la Segunda Guerra Mundial, el film pone especial atención en los elementos necesarios para el progreso: la confianza, la apuesta por la innovación y la paciencia. Es decir , el apoyo incondicional a la investigación como clave esencial para el desarrollo y el progreso de la ciencia, la tecnología y la sociedad.  Como parte del contexto histórico y social de la época, el film también destaca importantes sucesos derivados del estado de los derechos civiles, en concreto la situación de las mujeres y de los homosexuales.

The Imitation Game narra una parte de la Historia necesaria para entender el mundo actual; mientras vemos el film somos testigos de importantes sucesos durante la Segunda Guerra Mundial. La vida  de éstos  matemáticos y lingüistas que trabajan para descifrar códigos secretos nazis  se desarrolla entre conspiraciones, espías, y secretos donde la misma Historia Contemporánea nos proporciona un apasionante thriller. Por tópica que sea la expresión, cierto es que la realidad supera la ficción, The Imitation Game hace prueba de ello. 



Anika