Birdman: " A la gente le encanta la sangre, le encanta la acción, no esta deprimente filosófica y palabrera"
Birdman, o el inesperado giro de Iñárritu, se ha convertido en uno de los eventos cinematográficos de los últimos años ¿ quién se imagina que la misma película pueda reunir características del cine más independiente junto a características del cine más comercial? ¿Os imagináis que en La Venus de las Pieles (Polansky 2013) o en Vivir Rodando (1995 Tom DiCillo) de repente aparecieran persecuciones, explosiones y monstruos? Creo sería difícil de imaginar…menciono estas sobresalientes películas porque se desarrollan en un teatro y en un plató, al igual que Birdman que sucede prácticamente en el interior de un teatro y es conducida por planos secuencia que son interrumpidos por un cine de Hollywood cargado de acción y efectos especiales. Yo nunca me hubiera imaginado que una combinación así fuera posible, sin embargo, tras ver y disfrutar de la película, resulta que no sólo es posible, sino que es necesaria para ilustrar los temas que se esconden en el film: la fugacidad del éxito y con ella la fugacidad de la vida, la necesidad humana de sentirse especial (y por sentirse especial quiero decir que el resto aprueben y confirmen que tú eres especial) la ambición y la competitividad, las luchas internas de nosotros contra nosotros mismos, y como siempre, la mortalidad: al fin y al cabo todo se pasará y la importancia relativa de las cosas que nos inquietan no será ni siquiera relativa, sino insignificante.
Entre tanto pensar y asimilar lo que sucede en la película, no se puede pasar por alto lo relativista que es la visión sobre el arte, en concreto las artes escénicas y cinematográficas. Un duelo entre la intelectualidad y la llamada cultura de masas, concretamente un duelo entre películas de superhéroes (Birdman, el hombre pájaro que tiene innumerables poderes) y una obra de teatro basada en una novela de Raymond Carver ( De Qué Hablamos Cuando Hablamos de Amor), representa la disyuntiva en la que se encuentra el protagonista. Tal duelo no lo gana nadie: todo lo que se puede criticar de las películas de acción carentes de filosofía (y con ello de sus espectadores) se critica también de un teatro de Broadway y de sus también vacíos espectadores y críticos, cuyo mundo es igual de banal y superficial que el del resto.
Anika