Es una película modesta ( de producción, no de ideas ) entrañable y realmente conmovedora. Reverdecer los años del gran cine italiano, cuando el neorrealismo daba paso a la expresión de figuras que habían bebido de él, pero que en la década de los sesenta, comenzaron a crear obras genuinas que cambiarían el rumbo del cine, es algo de lo que nos habla esta película. El genio de Federico Fellini y la amistad que unió al homenajeado con el director del filme, es otro de los móviles de esta historia; así como la gran admiración que Scola sintió por Federico, al que consideraba su principal mentor y figura decisiva en su vida, como la de un hermano mayor que nos ha entregado su cariño y su presencia inspiradora. Eso fue Fellini para Ettore Scola. Éste no lo ha olvidado aunque hayan transcurrido 20 años desde la muerte de su amigo.
“Que extraño llamarse Federico “mezcla hábilmente cine convencional con documental, creando un crescendo que desemboca en las fabulosas imágenes fellinianas sacadas de fragmentos de sus películas y de los históricos decorados del estudio 5 de Cineccittá, otro protagonista obligado de esta obra homenaje. No todo son imágenes reconocibles de la obra de Fellini : el capítulo que nos habla de como fue el casting para elegir al protagonista de Casanova, es un documento ilustrativo del carisma y sentido del humor de varios de los mejores y más reconocidos interpretes del cine italiano.
La explosión de imágenes, a la que ya he aludido, con fragmentos de películas acompañadas de una de las músicas más representativas de su estilo, son de una carga imaginativa y afectiva que pueden emocionar a quienes hayan conocido y amado aquel gran momento del cine italiano.Este original biopic sobre el gran Fellini es imaginativo, eficaz y emotivo; construido con elementos muy identificables de la comedia italiana.
Celebremos que ,afortunadamente,el cine italiano continúa vivo.
Manuel Fonseca