La nueva película de Polansky, enteramente representada en una sala ( concretamente un
escenario de teatro) tiene todo lo
que necesita tanto una buena obra
teatral como un buen film: excelente guión, buenos actores, sobresalientes
diálogos, ingenio y un desenlace estupendo e inesperado.
A esta combinación se le suma la marca del director, el toque mágicoy
característico de Polansky, lo que él y sólo él puede plasmar y transmitir,
para bien y para mal ese lado oscuro es precisamente lo que encandila al
espectador, lo que le recuerda, entre risa y risa, que está viendo un film de
Roman.
Ella es inculta, descarada, y entrometida ; el es culto, refinado y educado. Sin embargo,
esta definición de los personajes
tiene a la vez, y presente en todo momento, la otra cara de la moneda: ella es
espontánea, divertida y perspicaz, mientras que él es aburrido, estirado y
previsible.
El duelo constante entre los personajes refleja los polos opuestos entre un intelectual y una chica de barrio. Tal es el duelo, que nos desvela diferentes aspectos de la condición humana a través de las conversaciones y representaciones de los personajes, sobresalientemente encarnados por Mathieu Amalric y Emmanuelle Seigner. Las actitudes de los protagonistas, previsibles algunas y sorprendentes otras, conducen a una situación final que difícilmente el espectador imagina. Lo previsible de los personajes, lo que refleja exactamente la personalidad que se nos presenta inicialmente, nos hace reír; cuando vemos lo que esperamos nos sentimos confortables y relajados, estamos viendo una comedia. Sin embargo, cuando nos sorprenden con reacciones o comentarios inesperados se activa la alarma ¿ es realmente la persona que yo creo que es? todo el mundo tiene un lado oculto, desconocido, sorprendente y desconcertante, los personajes de la Venus de las Pieles no van a ser menos.
El duelo constante entre los personajes refleja los polos opuestos entre un intelectual y una chica de barrio. Tal es el duelo, que nos desvela diferentes aspectos de la condición humana a través de las conversaciones y representaciones de los personajes, sobresalientemente encarnados por Mathieu Amalric y Emmanuelle Seigner. Las actitudes de los protagonistas, previsibles algunas y sorprendentes otras, conducen a una situación final que difícilmente el espectador imagina. Lo previsible de los personajes, lo que refleja exactamente la personalidad que se nos presenta inicialmente, nos hace reír; cuando vemos lo que esperamos nos sentimos confortables y relajados, estamos viendo una comedia. Sin embargo, cuando nos sorprenden con reacciones o comentarios inesperados se activa la alarma ¿ es realmente la persona que yo creo que es? todo el mundo tiene un lado oculto, desconocido, sorprendente y desconcertante, los personajes de la Venus de las Pieles no van a ser menos.
La novela dentro de la obra y la obra dentro de la película, La Venus de las Pieles demuestra que
Roman Polansky sigue tan “ en forma” como siempre. ¡ No hay que perdérsela!”
Anika
Anika