Desde el primer segundo del film se respira un ambiente de
suspense, en las secuencias iniciales (que muestran actos cotidianos en familia)
ya se intuye la tragedia ¿cuándo? ¿Cuándo va a pasar algo? es lo que piensa en
espectador en los primeros minutos de la película. Efectivamente, enseguida
pasa.
La desaparición de dos niñas pone a los principales protagonistas (el padre de una de ellas y el policía encargado del caso) en situaciones para las que creían estar preparados pero que resultan tan complicadas como lo es el desarrollo de la trama. Nunca te imaginas el desenlace, sospechas de unos y de otros, pero no hay nada evidente. El espectador (privilegiado con mucha más información que la que dispone el policía) va encontrando pistas a lo largo del film que terminan por conducir a la resolución del misterio, si bien este no es totalmente resuelto para ninguno de los personajes, si lo es para el espectador. Con una fotografía asombrosa, Prisioneros es una magnífica película, donde el suspense, las situaciones extremas y los actos de los personajes están dotados de absoluta verosimilitud. Reconocemos perfectamente al director de Incendies (2010), aunque a diferencia de ésta (de nacionalidad canadiense y más cercana al cine independiente) Prisioneros es un thriller americano en toda regla, con todos los clásicos elementos de las películas que envuelven una trama policíaca, muy bien llevados a la práctica, muy bien interpretada, estupendo sonido, maravillosa fotografía, en definitiva: no tiene pegas.
La desaparición de dos niñas pone a los principales protagonistas (el padre de una de ellas y el policía encargado del caso) en situaciones para las que creían estar preparados pero que resultan tan complicadas como lo es el desarrollo de la trama. Nunca te imaginas el desenlace, sospechas de unos y de otros, pero no hay nada evidente. El espectador (privilegiado con mucha más información que la que dispone el policía) va encontrando pistas a lo largo del film que terminan por conducir a la resolución del misterio, si bien este no es totalmente resuelto para ninguno de los personajes, si lo es para el espectador. Con una fotografía asombrosa, Prisioneros es una magnífica película, donde el suspense, las situaciones extremas y los actos de los personajes están dotados de absoluta verosimilitud. Reconocemos perfectamente al director de Incendies (2010), aunque a diferencia de ésta (de nacionalidad canadiense y más cercana al cine independiente) Prisioneros es un thriller americano en toda regla, con todos los clásicos elementos de las películas que envuelven una trama policíaca, muy bien llevados a la práctica, muy bien interpretada, estupendo sonido, maravillosa fotografía, en definitiva: no tiene pegas.
Anika