El cine independiente
norteamericano demuestra reiteradas veces que una buena película es posible sin
necesidad de grandes héroes ni grandiosas e increíbles historias, Frances Ha es
una de esas. La película refleja un período de la vida de Frances, quien a sus
27 años vive una etapa llena de cambios, una etapa de incertidumbre,
inestabilidad y precariedad económica.
Sin embargo todo se narra sin dramas, por que ciertamente no hay dramas: es así
la vida.
Estar perdido y en busca de rumbo
es algo tan necesario como positivo, a través de la protagonista comprendemos
que en tales épocas hay momentos maravillosos. Frances en su búsqueda de una
mejoría, no deja de disfrutar de la cotidianeidad que le ofrece el día a día en
Nueva York o allá donde esté. La película ensalza el valor de la amistad y
refleja con mucha veracidad las
situaciones que suceden en ese tipo de vida tan urbano, lleno de constantes
cambios y novedades, en un ambiente que
resulta muy familiar para algunos espectadores (yo entre ellos), lo que hace el
film todavía más interesante. Sin duda una película muy optimista y valiosa.
Anika