jueves, 25 de septiembre de 2014

Nuestra opinión sobre BOYHOOD:

Javi: 

Doce años en la vida de una familia cualquiera resumidas en tres horas de largometraje. Sentí el paso de tiempo físicamente. Nunca me había pasado anteriormente que unas imágenes tuvieran tanta fuerza como para oprimir mi pecho. Esto es lo que noté en la última parte de Boyhood, un experiencia única.


Emma: 

Hace años que sabía del proyecto de Linklater y lo esperaba con entusiasmo. Soy fan de la trilogía "Antes de..." y admiro la verosimilitud de estas películas, al más puro estilo Rohmer, en las que parece no pasar nada y que al terminar de verlas una tiene la sensación de haber presenciado un trocito de vida real, sin los adornos y clichés de otro tipo de cine norteamericano.
Quizá por todo esto salí un poco decepcionada tras el visionado de BOYHOOD. Siento que, al tener que haber resumido doce años en tres horas de película, ésta ha perdido la verdad de sus otras cintas. Sentí que era menos sutil, más cliché (sobretodo en los personajes), y el ritmo más editado, más manipulado, (salvo la conversación en plano secuencia en la que una chica invita a Mason a una fiesta, que me recordó más al estilo de la trilogía). 
Obviamente me quito el sombrero ante la valentía y la ambición de este proyecto, único en la historia del cine, rescato algunas secuencias inolvidables como el final (siento como si "siempre" fuera "ahora mismo") y la despedida de Mason con su madre, llenas de verdad y que me emocionaron y me hicieron verme reflejada, y, sobretodo por la sensación de vértigo que produce el paso del tiempo capturado en esas horas, sensación con la que me identifico especialmente en este momento de mi vida.