Desde el comienzo de la película, cuando una misteriosa joven recién llegada a Los Ángeles se dirige al conductor de la limusina que la espera, sentimos un ambiente enrarecido, mágico y oscuro: en cualquier momento puede pasar cualquier cosa. 
Ese ambiente no sólo se mantiene durante todo el film, haciendo que el espectador se mantenga en tensión, siempre en guardia, por lo que pueda pasar; sino que se convierte en auténtico terror. La angustia y el pánico  que se apodera de los protagonistas son el resultado de unas vidas marcadas por dos cuestiones principales: el ego y el incesto ¿ Extraña combinación?  A este núcleo filosófico se le suma  la tragedia ( inesperada, fortuita, definida como “ horribles coincidencias”) ,  la locura (  en parte como resultado  de unas formas de vivir tan desacertadas) y la ausencia (y desconocimiento) de valores morales. 
El escenario  donde presenciamos las desafortunadas historias de los protagonistas ( que nos hacen sentir pena y rechazo a la vez)  es Hollywood. La película representa la cara más degradada, corrupta y carente de creatividad de la industria del cine; aunque como indica David Cronenberg, “no es tanto una historia sobre el lado oscuro de Hollywood” , puesto que lo que sucede se podría representar en cualquier otra industria que “ produzca imágenes o productos de gran alcance”. A pesar de esa consideración, que resulta evidente cuando uno ve y piensa la película, no es de extrañar que Maps To the Stars no estuviera presente en los Oscar (es demasiado fuerte para la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas).  Para mí, estamos ante una de las películas más destacables de 2014,  verdaderamente inolvidable. 
Anika
Anika


