sábado, 11 de julio de 2015

Una segunda madre





La última película de Anna Muylaert además de contenido social abarca temas de más amplitud como la relación entre los personajes, la crianza de los hijos , el afecto, el cariño y el humanismo que desprende su principal protagonista .

Val trabaja como doméstica en una familia de clase alta de Sao Paulo donde ha creado vínculos afectivos muy fuertes con el hijo del matrimonio  al que ha criado desde su infancia. No obstante ella conoce cual es su lugar dentro de la familia aceptando con naturalidad el orden establecido . 

 La relación con sus jefes no genera ningún tipo de problema . Todo parece perfecto hasta que aparece la hija de Val ,que cuestionará el tema de estratificación social creando una incomoda situación en el hogar . Ni la familia ni la madre pueden entender a Jessica quién desde el principio no acepta la condición  como ciudadana de segunda .

Todo esta perturbación afectará a todos los miembros de la familia y a la empleada doméstica ,quien a pesar de estar contenta en su trabajo  y aceptar las cosas “como deben ser “, no quedará impasible ante la nueva situación . Deberá decidir y valorar que es lo más importante en el momento.


En”una segunda madre” no hay lucha de clases, ni crítica hacía la familia bien situada socialmente ,que respeta y se muestra comprensiva con su empleada ; es más la situación que paradójicamente se ha dado en Brasil : dejar a tus propios hijos  por necesidad para cuidar de otros. Es más que evidente que es en los primeros años de la infancia donde se forjan los vínculos afectivos y no es de extrañar la confianza y el cariño que el hijo del matrimonio deposita en “su segunda madre”.

 Aunque en Brasil lo convivencia de ricos y pobres siempre ha estado perfectamente naturalizada, me resulta esperanzador comprobar que la diferencia generacional entre madre e hija cambiara el estado de las cosas. El trabajo, el estudio, la educación y la formación de espíritu crítico forjará ciudadanos en igualdad de derechos.

El importante mencionar el trabajo actoral excelente, especialmente el de Regina Casé tan convincente como conmovedor. Es tal el realismo que le imprime que cuesta pensar que no haya trabajado de doméstica toda su vida.

María Berrocal