Una
vez más nos hallamos ante una divertida ( y no por ello tonta ni fácil )
película española. Y como en otras ocasiones me siento empujado a defender
nuestro cine, sin patrioterismos ni falsos “ lo mejor es lo nuestro”.
El
divertimento que nos ofrece Fernando Colomo es fresco, inteligente, propicia
reconciliarte con la vida, entre tanto drama y desgracia que nos rodea. He
visto la película al día siguiente de los atentados de Paris, aún sin poder
evadirme totalmente de lo sucedido. La película supuso una bocanada de aire
fresco que hizo más respirable esta desgraciada y amarga jornada.
No
podemos negarle a Colomo, veterano y reconocido artífice de muy interesantes
muestras de nuestra comedia, afán de renovación y experimentación, pues Isla bonita
nos propone un guión con una aparente autobiografía ( suponemos que muy
reinventada , pero eso da igual ) y un formato de gran naturalidad cercano al
cine-reportaje. La espontaneidad e inteligencia de los diálogos nos hace muy
presente la evocación de Woody Allen, con quien coincide en no pocos puntos, incluso
en un buscado (o cuando menos indisimulado) parecido físico.
Los
actores aportan una naturalidad muy conveniente a la historia. Todos están muy
a tono con el estilo de la película, resultando nada fácil diferenciar entre
actores profesionales y personajes que intervienen en un film por primera vez. La película, que toca más
temas de los que se podrían adivinar en un principio, discurre fluidamente
hasta un desenlace claro exponente de comedia, sorprendente y muy bien urdido.
Menorca,
la Isla bonita, es bonita de verdad ,sin falsas postalitas turísticas y con un
ambiente apacible que dan ganas de experimentar “in situ”. Isla bonita es una
deliciosa película “menor”, pero es que
ser “mayor” no le pegaría nada. Y lo menor o sencillo, rara vez lo veremos tan
bien expresado como lo hace Colomo en esta recomendable película.
Manuel
Fonseca
