Seguramente sea muy buena ,tal y como la ha calificado la
crítica en general. Es la típica película en la que parece fácil ponerse de
acuerdo en cuanto a la bondad de sus valores cinematográficos :ambientación
impecable, y notables interpretaciones ,acompañadas de muy buena música .Una
historia sin desvíos, centrada en las consecuencias de la orientación sexual de
la protagonista. Y una narrativa pausada que le concede un plus añadido de
calidad, como la prueba irrefutable de que estamos ante una propuesta " de
autor". Siendo cierto todo lo apuntado anteriormente, lo cierto es
que Carol no acaba de despegar como la
gran película americana de este año, aunque es posible que sea muy reconocida
en los Óscar de la presente edición.
Tratando de ilustrar una gran pasión, intrínsecamente
sexual, la película resulta muy fría, de estilo académico. Yo pensaba en algo
que he leído recientemente en una biografía de Woody Allen, en la que manifiesta
que el cine evoluciona, desde hace bastantes años, gracias al impulso y las
innovaciones del cine europeo. Y pensaba en esta Carol comparada con " La
vida de Adele" (Abdellatif Kechiche. Francia 2013) y confrontando solamente el abordaje de las relaciones
sexuales explícitas en la película francesa, de una franqueza y un realismo sin
ambages, y la visión de las mismas relaciones en la película que nos ocupa. La
exposición de Todd Haynes resulta forzada, poco imaginativa y posiblemente plagada de imposiciones por parte
de las actrices sobre lo que pueden enseñar o no (o al menos a mí me pareció
así).No acabas de creer en ningún momento que eso fuese una pasión
irrefrenable.
La presencia de Cate Blanchett es arrolladora física y
psicológicamente. Intimidante desde su irrefutable belleza y autoridad. Me
recordó más a esas presencias masculinas insoslayables como Humfrey Bogart, que
a cualquier estereotipo femenino conocido, aunque se tratase de mujeres de
carácter. Carol Aird ha dado un paso más hacia la igualdad de géneros, y su
presencia compite y supera cualquier presencia masculina que podamos calificar
de intimidante. Indudablemente con una acusada elegancia, belleza y violencia
inexistente ( dato que le confiere notable personalidad).
No he podido evitar la relación de esta historia
protagonizada por dos mujeres, con otra reciente que es "Nadie quiere la
noche"'de Isabel Coixet, y en la que también son protagonistas absolutas
dos mujeres ( Incluso encuentro paralelismo en el divismo de la Blanchett y la
Binoche).No es que las películas se parezcan en nada. Es la acogida tan dispar
de la que han sido objeto ambas lo que llama mi atención ,a favor del filme
americano ( claro) ,y que demuestra una vez más lo arrollador de la industria
de Hollywood ,por su poderío en la distribución y exhibición, que anula
propuestas dignas de mucha más consideración y éxito como la aludida de Isabel
Coixet.
Se puede ver Carol. Es una película solvente. Aunque yo revisaría "La vida de Adele" y no me perdería, aunque sea en DVD, Nadie quiere la noche. Ambas nos hablan de relaciones entre mujeres con gran profundidad y realismo.
Manuel Fonseca
