miércoles, 23 de noviembre de 2016

BAR BAHAR - Entre dos mundos




La fuerza, valentía y vitalidad de esta película, me han conmovido como espectadora, pues tengo la certeza que las mujeres están  más capacitadas para  mostrar  sus problemas en una sociedad en permanente conflicto. Y es precisamente entre dos mundos (palestino y hebreo) donde la joven directora Maysoloun Hamoud, nos introduce en la cotidianeidad de las vidas de tres jóvenes diferentes, pero iguales en lo esencial. Leila, Salma y Nour padecen las consecuencias de una sociedad anquilosada en sus tradiciones, que por un lado  se ve obligada a preservar sus señas de identidad al sentirse amenazada como grupo étnico (Palestina). Y por otro lado, la tradición y el conservadurismo hebreo; de tal forma que ambos mundos confluyen y se parecen más de lo que creemos.
Con inteligencia y habilidad la directora nos enseña nuevos códigos de interpretación a través de las tres mujeres que sufren las presiones familiares, la discriminación, la opresión, el machismo y el fundamentalismo religioso. De todos estos temas tan cruciales se nos habla con naturalidad, con cierta comicidad y con total desenfado. La vida es alegre y los jóvenes se divierten como en cualquier ciudad. El alcohol, las drogas y el sexo están presentes. Sólo que en este caso subyace una fuerte denuncia sobre la situación de la mujer en esta parte del mundo. De modo que la protagonista más liberada, Leila, también sufre en su relación afectiva los embates de esta sociedad que se resiste a evolucionar, manteniendo a la mujer en la sumisión y bajo el proteccionismo del hombre.
Es de agradecer que sea una mujer quien dirija la obra, pues estamos habituados a los filmes de temática israelí/ palestina dirigidos por hombres (Los limoneros, Omar, Paradise Now) donde la Palestina ocupada o el papel de la religión son el motivo fundamental. La mirada de una mujer sobre estos temas y sobre la propia mujer, nos enriquece proporcionándonos una nueva perspectiva para intentar cambiar desde dentro y al mismo tiempo subrayando la importancia de la juventud en el cambio, donde siempre hay un halo de esperanza.

Cabe destacar escenas bellísimas mostrándonos sentimientos y valores tan humanos como la solidaridad y la protección hacia la persona que ha sufrido vejaciones. Son las mujeres las que deben ayudar a las mujeres y luchar unidas para conseguir la igualdad en esta sociedad tan conservadora e inmovilista.

La elección de las protagonistas y la interpretación, resulta, además de acertada, muy equilibrada en cuanto a rasgos psicológicos y físicos se refiere. Tres perfiles muy bien estudiados, especialmente el de Leila que nos puede llegar a incomodar con ese fumar compulsivo sin descanso, expresando muy bien la desazón del personaje. Salma y Nour cumplen perfectamente con la personalidad asignada. Enhorabuena a la joven directora por el trabajo bien hecho y los magníficos resultados.


María Berrocal