Excelente
película sobre la vida rural en la Alemania de mediados del siglo XIX. A pesar
de una duración inusual de casi cuatro horas (en dos partes, separadas por un agradable
descanso de cinco minutos) logra
mantener la atención del espectador sin altibajos.
La primera parte
del título, “Heimat” (patria), corresponde a una serie del mismo director, Edgar
Reitz, producida para la televisión, en la que se reflejaban los avatares de
una familia alemana a lo largo de casi todo el siglo XX. Este episodio se
desarrolla varias décadas antes y sirve como precuela a la serie de televisión.
Concebida casi
como un documental antropológico, la película está rodada en blanco y negro con
alguna pequeña y llamativa excepción. La fotografía y la música son sobrias
pero tremendamente expresivas al igual que los actores, de manera que se tiene la
impresión de que lo que se ve y se oye se ciñe muy de cerca a la realidad.
El abanico de
temas que trata es extensísimo hasta el punto de que el espectador se queda con
la sensación de que se le ha contado todo lo relevante del momento en esa
sociedad rural. Hay un tema que domina sobre los demás: la dureza de la vida
marcada por las penosas condiciones económicas y la emigración como esperanza casi
inevitable. Pero en torno a este tema central aparecen otros también
fundamentales para los personajes.
Podríamos citar: el desarrollo
de una personalidad genial en un medio nada propicio, las relaciones
amorosas entre los jóvenes, el impacto
personal de las luchas de religión, las relaciones
entre hermanos, la fortaleza
de los lazos familiares, la presencia
opresiva del feudalismo y la memoria
del paso de las tropas de Napoleón.
Estos temas
aparecen en el contexto de unas vidas entregadas a las labores del campo y a la
artesanía e incluso a ensayos de maquinismo a pequeña escala, todo ello
recogido con minuciosidad. En conjunto la película se puede considerar como un
fresco histórico que nos muestra la vida en un
pequeño pueblo agrícola de una región castigada durante años por las
condiciones climatológicas. Sin embargo, hay también en ella una presencia de
lo extraordinario y lo imaginativo que la hacen realmente estimulante. Sin
ningún género de dudas altamente recomendable.
Ismael
