sábado, 2 de enero de 2016

Langosta


A falta de atreverme a manifestar rotundamente  que ésta película no me ha gustado (es mucha la presión que ejerce sobre uno la crítica y personal especializado ,que la han calificado tan sobresaliente),hay unas apreciaciones colaterales sobre este tipo de propuesta que si me gustaría expresar y discutir.
1-. El primero es la validez de este tipo de cine como obra artística incuestionable. Qué es lo que el autor pretende de nosotros (aunque seguramente no pretenda nada).Si es sencillamente hacerte reaccionar como quien recibe una patada en la espinilla,e inmediatamente piensa que estaba mucho mejor antes de recibirla.O pretende del espectador una reflexión más profunda y ponderada.El estilo irritante en el que está servida la historia,daría pie a los dos tipos de reacción.

2- El envoltorio de cierto tipo de cine de calidad ,acaba siendo tan convencional como el más manido y rutinario estilo cinematográfico. En el lado convencional, todo es previsible y triturado para su fácil asimilación (y su rápido olvido).En el cine con pretensiones culturales y altura filosófico-socio-política,quizá por no caer en una suerte de maniqueísmo conductista, el discurso es oscuro,deshilachado,hilarante, ajeno a cualquier posibilidad de comprensión elemental, proporcionando una suerte de dilema absurdo de tipo “Si se entiende fácilmente  no es bueno. Si se entiende mal o es directamente ininteligible,la búsqueda de nuevas formas de expresión y complejidad están servidas”.

3.- El feísmo de los escenarios y las imágenes, hasta provocar un agobio viscoso con la contemplación de ese bosque en descomposición en el que transcurre una buena parte de la historia, es otra cualidad inherente a este cine de gran calado. No sé cómo serían posibles unas imágenes menos agresivas y desagradables sin caer en un anuncio de vacaciones o perfumes.

4.- Viendo la película no paraba de preguntarme por el papelón que les han asignado a Collin Farrell y Rachel Weisz ( para nada de los que se entienden como de “oscar “). Debe ser extremadamente difícil abordar unos personajes tan desprovistos de una mínima expresión afectiva o emocional. Será un estilo de interpretación todo lo “brechtiano “ que se quiera, y seguramente a la historia le conviene ese distanciamiento, pero a los espectadores ( o a algunos como yo ) nos hace sentir todavía más alejado del devenir de esos desgraciados seres, por los que a tenor de lo visto no es conveniente sentir empatía y menos aún piedad. Yo entiendo que la pareja protagonista se pasan la película poniendo cara de póker, como si no fuese bueno saber lo que piensan, sienten o sufren.

Yo creo que se me está notando que el filme no me ha gustado demasiado. Sin embargo, y buscando el más difícil todavía como nos propone la misma película, no estoy seguro de estar arrepentido de haberla visto. ¿ Masoquismo ? ¿ miedo de ser excluido de un selecto círculo de entendidos ?. Soy practicante de deportes, y sé por experiencia que después de una buena paliza nadando o en la bicicleta, que tú te propicias voluntariamente, uno puede llegar a sentirse muy bien. La felicidad y el bienestar pueden surgir de la forma más inesperada.


Manuel Fonseca