Una de
las historias que toda mujer debiera conocer, es precisamente ésta de las
sufragistas. Poco más de un siglo hace que estas mujeres lucharon denodadamente
por sus derechos civiles y por el sufragio universal. “Las suffragettes“ como
las denominaba la prensa británica para burlarse de sus actividades,
consiguieron, después de muchos años de lucha, el voto para la mujer en 1928.
La película,
perfectamente ambientada en la época ( principios de siglo XX ) es un buen
documento histórico muy bien expuesto y didáctico. Los personajes, aunque
algunos ficcionados, son reales y
pertenecientes al gran movimiento que, abarcando un amplio espectro de clases
sociales, tenían como objetivo atacar los abusos en la explotación económica de
las mujeres , la falta de derechos civiles , el poder del varón absoluto (
incluso la custodia de los hijos ) y el derecho al voto de las féminas ( la
mitad de la humanidad ).
El
movimiento sufragista, liderado por Emmeline Pankhurst, radicalizó sus métodos,
que hasta entonces habían sido pacíficos, por otros poco ortodoxos ( romper
cristales, quemar buzones…) . La señora Pankhurst, muy bien interpretada por Meryl
Streep, consideraba lícitas todas estas acciones que contribuyesen a visualizar
el problema de las mujeres.
La
principal protagonista de esta historia, Maud ( Carey Mulligan ) es en
principio ajena a este movimiento y tiene bien asumido el rol que le ha tocado
vivir. Se debe a su hijo, su marido y el trabajo en la lavandería. Sin embargo
el contacto con una de las activistas, la asistencia al meeting de la Señora
Pankhurst y otros sucesos, consiguen la transformación de Maud en una activista
comprometida por la causa y dispuesta a perderlo todo. “ Es preferible ser
rebelde que esclava”.
La directora
Sarah Gavron, además de ofrecernos un documento sobre una parte de nuestra
historia reciente, logra en la narración un ritmo y tono muy acertados,
manteniendo la expectación hasta en el último momento, conmoviéndonos y
haciéndonos sentir deudoras de estas mujeres que lo dieron todo en su lucha por
la igualdad.
María
Berrocal
