Hay algo
en la manera en que está contada,que pervive en nuestra retina pasado un tiempo
prudencial desde su visión. Síntoma de que la película inocula algo que podría
traducirse como "buen cine". Exprimir situaciones y sentimientos con
planos y secuencias alejados de cualquier narrativa rutinaria. Matices
sensoriales, ideológicos, costumbristas, poéticos : formulaciones de lo más
variado y muy bien mezclados.
No conocía a Luca Guadagnino, y "Cegados
por el sol" me lleva a considerarlo un interesante director que aúna la
mejor tradición de su país, y la expresa sirviéndose de un estilo
moderno, mestizo, que conjuga muchas tendencias y recoge aromas tanto de un cine
existencial, propio de algunos títulos en el ámbito de la "nouvelle vague",
como de autores de prestigio en el cine italiano (Bertolucci, Antonioni) y
también de directores más actuales como el malogrado Anthony Minghella o Paolo
Sorrentino. Con todos ellos se pueden establecer algunos nexos de unión.
La Piscina (Deray. 1969), historia de la que
es un "remake, no la recuerdo lo suficientemente como para establecer
comparaciones. Por eso me remito a la entrega que nos ocupa como si fuese total
novedad. "Cegados por el sol" supone una interesante reflexión sobre
los excesos de una vitalidad desbordada, encarnada por el personaje protagonista
que interpreta Ralph Fiennes. La fragilidad de la amistad cuando las
circunstancias la ponen a prueba. El instinto de supervivencia y el deseo -por
encima de todo- de que nada turbe la vida que hemos elegido, y a la que nos
apegamos por encima de toda consideración moral. El sentimiento de culpa no
tiene cabida en este esquema.
El filme nos habla también de nuestra
capacidad para mentir, y no digamos para disimular, hasta el extremo de burlarse
de los demás sin motivación aparente.
Es original, y define muy bien al personaje,
la afonía que padece la protagonista, soberbio papel para Tilda Swinton, una
actriz con una presencia y un magnetismo dignos de la gran diva a la que
interpreta. La desbordante vitalidad del personaje interpretado por Fiennes
hace gala de su desinhibición tanto el el plano físico (se pasa unos cuantos
tramos de la película desnudo) como en el moral: hiperactivo, simpático, histriónico y charlatán, pero con una cierta nobleza de
fondo. Es de esas interpretaciones para lucirse.
Completan el elenco ese reflejo de
"Lolita", muy bien encarnada por Dakota Jonhson, y el taciturno y
algo agónico personaje interpretado por Matthias Schoenaerts.
Incomunicación,cierto aire de
thriller, amistades y amores a prueba. Sexo ,seducción y misterio en torno a su
desencadenante y consecuencias.
El filme dura dos horas largas, que a mí se me
pasaron sin enterarme.
Recomendable, sin
duda.
Manuel Fonseca