viernes, 20 de mayo de 2016

Cegados por el sol




Hay algo en la manera en que está contada,que pervive en nuestra retina pasado un tiempo prudencial desde su visión. Síntoma de que la película inocula algo que podría traducirse como "buen cine". Exprimir situaciones y sentimientos con planos y secuencias alejados de cualquier narrativa rutinaria. Matices sensoriales, ideológicos, costumbristas, poéticos : formulaciones de lo más variado y muy bien mezclados.

No conocía a Luca Guadagnino, y "Cegados por el sol" me lleva a considerarlo un interesante director que aúna la mejor tradición de su país, y la expresa sirviéndose de un estilo moderno, mestizo, que conjuga muchas tendencias y recoge aromas tanto de un cine existencial, propio de algunos títulos en el ámbito de la "nouvelle vague", como de autores de prestigio en el cine italiano (Bertolucci, Antonioni) y también de directores más actuales como el malogrado Anthony Minghella o Paolo Sorrentino. Con todos ellos se pueden establecer algunos nexos de unión.

La Piscina (Deray. 1969), historia de la que es un "remake, no la recuerdo lo suficientemente como para establecer comparaciones. Por eso me remito a la entrega que nos ocupa como si fuese total novedad. "Cegados por el sol" supone una interesante reflexión sobre los excesos de una vitalidad desbordada, encarnada por el personaje protagonista que interpreta Ralph Fiennes. La fragilidad de la amistad cuando las circunstancias la ponen a prueba. El instinto de supervivencia y el deseo -por encima de todo- de que nada turbe la vida que hemos elegido, y a la que nos apegamos por encima de toda consideración moral. El sentimiento de culpa no tiene cabida en este esquema.

El filme nos habla también de nuestra capacidad para mentir, y no digamos para disimular, hasta el extremo de burlarse de los demás sin motivación aparente.
Es original, y define muy bien al personaje, la afonía que padece la protagonista, soberbio papel para Tilda Swinton, una actriz con una presencia y un magnetismo dignos de la gran diva a la que interpreta. La desbordante vitalidad del personaje interpretado por Fiennes hace gala de su desinhibición tanto el el plano físico (se pasa unos cuantos tramos de la película desnudo) como en el moral: hiperactivo, simpático, histriónico y charlatán, pero con una cierta nobleza de fondo. Es de esas interpretaciones para lucirse.

Completan el elenco ese reflejo de "Lolita", muy bien encarnada por Dakota Jonhson, y el taciturno y algo agónico personaje interpretado por Matthias Schoenaerts.
Incomunicación,cierto aire de thriller, amistades y amores a prueba. Sexo ,seducción y misterio en torno a su desencadenante y consecuencias.
El filme dura dos horas largas, que a mí se me pasaron sin enterarme.
Recomendable, sin duda.


Manuel Fonseca