sábado, 24 de diciembre de 2016

Paterson


Cotidianeidad y poesía son dos términos no siempre fáciles de conjugar. Si la realidad cotidiana carece de la mínima épica y la poesía no deriva hacia algo cursi ni facilón, la complejidad de la combinación - y el sobresaliente resultado con que Jarmusch ha ensamblado ambas categorías- elevan a Paterson a la  consideración más elogiosa que pueda hacerse de una película.
"Menos es más" es una máxima que se cumple rigurosamente en esta historia. Y esto constituye el elemento vertebrador y el exponente más audaz del film.
Nunca se imagina uno que con elementos tan elementales y tan carentes de pretensiones, se pueda construir una obra tan interesante y de tan profundo calado poético. Resulta increíble (pero cierto) que una historia que no incita lo más mínimo a vivirla, de las que aparentemente nadie envidiaría, en un ambiente rutinario y poblada por  personajes nada sobresalientes (tanto por su personalidad como por las acciones que acometen) pueda generar tal interés en nuestro intelecto y en nuestro corazón.
Paterson se ve con gusto, con verdadero interés e incluso deleite, pues es también una muestra  de poesía sustentada en las acciones más elementales e intrascendentes de nuestra vida. Toda una lección de lo que desechamos por rutinario, y que sabiendo mirarlo con total sencillez, quizás encierre lo más profundo y perdurable de la vida.
La magia de las imágenes, sobrias y carentes de pretensiones, pero realmente subyugantes  y de total eficacia respecto a la historia que nos transmite, me producen un efecto que no acierto a explicarlo, porque resultan increíbles tan extraordinarios resultados con tan escasa aparatosidad.
El protagonista está memorable. Una interpretación que recoge y multiplica todos los valores de la película. La actriz de origen iraní que le da la réplica, está en su punto, aportando algún toque de humor muy conveniente al conjunto. Incluso el perro es digno de mención: realiza su papel con total naturalidad y maestría.
No siempre el cine nos ofrece la oportunidad de disfrutar de una obra de tal calibre, y salir algo parecido a "reconciliado con la expresión más elemental de vida".
Esta película no es de recomendar, es de visión obligada para todos los amantes del cine
¡No os la perdáis!


Manuel Fonseca.