domingo, 27 de agosto de 2017

Verano 1993


Aunque este post llega tarde, ya que la película se estrenó el 30 de junio, no podía dejar pasar el verano sin mencionar este título, al fin y al cabo, todavía es verano y la película aún sigue en los cines; y lo más importante: pocas veces tenemos el placer de encontrar en la cartelera un filme tan personal y con tanta personalidad como Estiu 1993.

Lo que consigue Carla Simón en su primer largometraje no solo es una brillante representación autobiográfica de aquel verano, cuando ella tenía 6 años, sino que además logra transmitir su vivencia con un lenguaje muy personal, un lenguaje en el que lo cotidiano, visto desde el prisma de una niña (la niña que ella era), se convierte en la mejor manera de ver el mundo, la vida, el entorno y sobre todo, nos revela lo simple y lo complicadas que son las cosas,  siempre a la vez. La vida es una dicotomía.  

La aventura emprendida por Carla Simón al rodar con dos niñas pequeñas un capítulo de su infancia ha descubierto un excelente trabajo de dirección que nos llena de energía y comprensión. Además nos brinda papeles interpretados por niñas a la altura de las películas de Carlos Saura ( estoy pensando en Ana Torrent en Cría Cuervos) o por poner una referencia más reciente, al protagonista de Boyhood (Ellar Coltrane), cuando Richard Linklater se centra en su infancia. En esta primera película de una prometedora directora, encontramos a una memorable Laia Artigas en el papel de Frida, la protagonista de todo esto, en la ficción. Porque desde luego, la verdadera protagonista es Carla Simón, que ha convertido su inolvidable verano en una inolvidable película.

Anika