sábado, 9 de septiembre de 2017

SIERANEVADA




El comienzo de esta excelente e inclasificable película te predispone para sufrir una historia de vanguardismo experimental. También supone una prueba de paciencia para espectadores ávidos de propuestas innovadoras ( aunque sean aburridas). Pero ese hilarante comienzo, no tarda en dar paso a una secuencia que diríase satírico costumbrista, y después a una sucesión ininterrumpida de cambios y giros estilísticos que nos llevan de Berlanga a Haneke, con la inefable mediación de puertas que se abren y cierran ágilmente (como en los mejores Preston Sturges).Uno llega a acordarse incluso de El Ángel Exterminador, de Buñuel. Todo este batiburrillo de alusiones que, a priori, hubiese podido dar origen a una remendada historia tejida con los más arbitrarios hilos, es una historia de una asombrosa unidad incluso en el sentido espacial más intrínseco, pues está rodada en un piso real, como casi exclusivo escenario.

Cristi Puiu conjuga tal conglomerado de influencias ( en el caso de que no sólo sean impresiones del espectador) y crea una obra original, audaz por el espacio y escenario en el que se circunscribe, rodada magníficamente mediante un trabajo de cámara altamente meritorio y la colaboración de unos excelentes actores, que bordan un encomiable trabajo coral.
Los diálogos de Sieranevada son muy buenos, llenos de naturalidad, ironía e incluso comicidad en muchas ocasiones. De manera ágil y muy humana, la película no desdeña una opinión real y documentada de la Rumanía (vista a través de Bucarest) de un pasado reciente,  pero que todavía pesa mucho en la actualidad.

He descubierto también con esta magnífica película, que los ambientes y “ palizas” familiares son parecidísimas en todas partes. Algo que yo creía más local, es realmente muy universal (o europeo, para no exagerar). Comprueben con esta singular película que, lo que nos separa de una familia rumana, es nada.


Manuel Fonseca.