domingo, 20 de mayo de 2018

Manifiesto



Su estreno en nuestras cines tres años después de su realización en una sola sala en Madrid y en una única sesión diaria, señala sin lugar a dudas la rareza de la propuesta y su escasa comercialidad.
No en vano Julien Rosenfeldt es un artista de vídeoarte  antes que un director de cine al uso.Y aquí ha obtenido una pieza ecléctica entre ambas disciplinas, si es que existe una clara demarcación entre ellas.
Yhecha la salvedad de que la película no nos va a cautivar por su ritmo ni por sus trepidantes diálogos, creo que la mejor actitud (y posiblemente la única ) sea abandonarse  a la incontinencia verborreíca de una Cate Blanchett totalmente inenarrable (literal), desgranando el contenido de los manifiestos artísticos más celebrados e influyentes del siglo XX, lo que reviste a la película de un aire inequívocamente culto,de personas capaces de sufrir con lo que para otros no debiera ser otra cosa que un mero divertimento.
Manifesto se va desgranando entre manifiesto y manifiesto con unas imágenes potentes y de un elevado sentido artístico, si por ello entendemos buscar expresiones nuevas y no siempre complacientes con el tópico de la belleza.
Los manifiestos que Cate Blanchett va representando y recitando, enmascarada en los más variados y a veces casi increíbles disfraces,tienen como telón de fondo escenarios muy diferenciados y provocadores, como los mismos textos que desgrana.
El film nos deja una desconcertante y hermosa exposición de lugares, más parecidos a inmensos e imposibles cuadros de carácter expresionista que a escenarios usuales para el desarrollo de una acción fílmica. Importa y subyuga tanto el marco como el contenido que alberga.
Cate Blanchett ejecuta un recital de más de una docena de personajes que acompaña a dadaístas, surrealistas, futuristas, y así hasta llegar al Dogma de Lars von Trier ( del que nos presenta un irónico y entretenido sketch),pasando por contraculturales ,posmodernos y diversas actitudes culturales (o vitales) que han determinado nuestro variado y convulso siglo XX.

Recomendar esta película tiene sus riesgos, pero yo lo hago.

Manuel Fonseca